Asociación Celtiberia del Aranda

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Historia

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Se da el nombre de Celtiberia al territorio situado en el reborde montañoso donde se encajan las cordilleras Ibérica y Central y sus zonas aledañas

Aunque existe discordancia entre los historiadores de la antigüedad, se puede deducir de sus noticias, referidas a los siglos II y I a.C, que se da el nombre de Celtiberia al territorio situado en el reborde montañoso donde se encajan las cordilleras Ibérica y Central y sus zonas aledañas, donde se establecen las divisorias de las cuencas del Tajo, Ebro y Duero, es decir, la zona oriental de la Meseta Norte y el lado derecho de la cuenca media del Ebro.

A lo largo del siglo II a. C, concretamente a partir del año 200, se producía la conquista de la celtiberia por roma.

Los avances romanos  se iniciaron bordeando las elevaciones de los sistemas Ibérico y Central hasta alcanzar Calagurris (aguas arriba del Ebro) y disponer su base en los extremos de Corbion y Segeda. 

En un segundo momento, la victoria romana sobre los celtíberos en la Batalla de 𝘔𝘰𝘯𝘴 𝘊𝘩𝘢𝘶𝘯𝘶𝘴 (Moncayo) y la toma de 𝘊𝘰𝘮𝑝𝘭𝘦𝘨𝘢, en el año 179, llevó al Tratado de Graco. 

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Con este acuerdo se consiguió una paz duradera: conciliando peticiones celtibéricas como el reparto de tierras, con exigencias romanas (pago de tributos, obligación de prestar servicio militar, no edificar ciudades nuevas ni fortificar las viejas…)

Territorios y etnias:

Los autores clásicos de esta etapa ceñían el término Celtíbero a dos grandes ámbitos principales. El primero, formado por los arévacos, y tal vez los pelendones, controlando la Celtiberia Ulterior (provincia de Soria, la mayor parte de la de Guadalajara, hasta el nacimiento del río Tajo, la mitad oriental de la de Segovia y el sureste de Burgos). Entre sus ciudades destacan Secontia (Sigüenza), Numantia (Numancia), Uxama, TTerme y Clunia. El segundo ámbito es la tierra de los tittos, bellos y lusones o Celtiberia Citerior (pobladores de las tierras en torno a los ríos Jalón, alto Tajuña, Jiloca y Huerva), con ciudades como Segeda, (Mara, Calatayud), Bílbilis (Calatayud),  Aratis (Aranda de Moncayo), Terga (Tierga), Contrebia Belaisca (Botorrita) o Complega.

Los historiadores muestran una territorialidad y una composición étnica cambiante y difícil de definir debido a los desacuerdos por concretar las diferentes etnias y la identificación global de su territorio.

Grupos celtíberos
Arévacos ( color rojo)
Pelendones( naranja)
Belos (verde claro, provincia de Zaragoza)
Tittos (amarillo)
Lobetanos (verde hoja)
Lusones (azul)

Según Estrabón los celtíberos se dividían en cuatro partes:

No está claro qué otros grupos acompañaban a arévacos y lusones. Por Polibio y Apiano se sabe que los 𝘣𝘦𝘭𝘰𝘴, a los que pertenecía la ciudad de Segeda, y los 𝘵𝘪𝘵𝘰𝘴, citados como vecinos de aquellos, eran pueblos celtibéricos.

01

Los más Poderosos

se situaban al Este y al Sur

02

Los de la parte posterior

que lindan con los carpetanos y las fuentes del Tajo y cuya ciudad más célebre es Numancia

03

Los lusones

situados en el Este y llegando también a las fuentes del Tajo

04

Los arévacos

a los que se les atribuye las ciudades de Segeda (Mara) y Pallantia (Palencia)

Las minas de Valdeplata de Calcena se explotaban desde la antigüedad. Roma llega a la Península Ibérica atraída por los recursos minerales. Los sustratos moncaínos son ricos en hierro, plata y cobre minerales imprescindibles para la fabricación de armas. Los celtíberos explotaban la riqueza del preciado mineral y Roma cuando conquista esta región de la Celtiberia, esclaviza a los indígenas en las explotaciones mineras. Y esto ocurrió en Calcena.  Sabemos que durante el siglo II a.C, la producción de plata de las minas fue tan importante como para sustentar económicamente las guerras entre los celtíberos y Roma. Una parte de la plata obtenida en Valdeplata, se usaría para el pago de los tributos a los romanos. Ciudades-estado como Segeda (Mara) y Turiaso (Tarazona) acuñaron denarios en plata procedente de estas minas.  

Minas calcena

En lo alto de un cerro, Peña La Muela, hay un poblado “castro celtíbero” del s IV a.C. con dos fases de ocupación. Esta zona estaba ocupada por la etnia de los belos, pueblo de la Celtiberia cuyo territorio se extendía al
sur del Ebro, desde el Jalón hasta el Aguasvivas, ocupando la parte más oriental de la Celtiberia, cuya capitalidad se situaba en Segeda (Mara)


El poblado de Peña La Muela dispone de una excelente situación estratégica que domina el territorio. Se sitúa en un cerro elevado por razones de prestigio, control y defensa, próximo a las rutas comerciales y a las zonas de explotación económica. Este  -poblado- dispone de un muro de cierre, muralla de tipo “sandwich” en piedra, en el que se abrían unas puertas que daban acceso a la calle central. El cierre de la muralla servía de muro para las casas, de planta rectangular, con paredes medianeras, adosadas entre sí, en un esquema que se repite en todo el valle del Ebro desde el Bronce Final hasta época ibérica.

En la agricultura se comprueban los avances, como demuestra la explotación de varios tipos de cereales, alternando en ocasiones con leguminosas, en una probable rotación de cultivos. Se complementa con la recolección de abundantes bellotas y semillas. Previsiblemente se cultivaba la vid y el olivo. Es muy importante, asimismo, la ganadería: caballo, oveja, cabra, gallina, cerdo y el ciclo de la bellota, ya que las fuentes clásicas alaban los ovinos de la Celtiberia.

 

Durante esta época hay un proceso de estabilidad de los poblados. En las técnicas de producción de los alimentos se hace realidad la especialización agrícola y ganadera, como es el caso del aprovechamiento de los animales, no sólo de su carne sino también de sus derivados (la leche en la fabricación de quesos) y su fuerza de trabajo para el transporte y arado. La caza seguía siendo una parte importante de la dieta alimenticia de estas gentes. Además, realizaban el hilado, el tejido y el curtido de pieles.

La ciudad celtíbera de Aratis o Arátikos, fundada en el siglo VI a.C., fue la 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗮𝗹 𝗻𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗱𝗲𝗹 𝘃𝗮𝗹𝗹𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗔𝗿𝗮𝗻𝗱𝗮 y ejerció un papel jerarquizado en un extenso territorio.

Aratis presentaba un 𝗰𝗮𝗿á𝗰𝘁𝗲𝗿 𝗺𝗼𝗻𝘂𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹, tanto en el acceso principal como en el sistema defensivo: estaba dotado de fosos, varias líneas de murallas, torres defensivas, dos puertas de accesos y una necrópolis.

Este conjunto constituye uno de los mejores ejemplos del modelo de ocupación característico de la cultura celtibérica en Aragón, tanto que en 2016 fue declarada Bien de Interés Cultural.

Aratis fue una ciudad que junto a Segeda, capital de los belos, y Numancia jugó un papel importante en las segundas guerras celtibéricas, causante del 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗹𝗲𝗻𝗱𝗮𝗿𝗶𝗼

Yacimiento arqueológico

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